La religión, vista desde el concepto más amplio, se ha caracterizado por su afán de moldear la conducta de las personas de acuerdo a sus doctrinas y preceptos. Al fijarse un modelo de hombre ideal, es común que entre en conflicto permanentemente con un mundo imperfecto, conformado por hombres y mujeres imperfectos, siempre ganados más a los placeres terrenos que a los sacrificios que supone la salvación de las almas. Aquí entra en juego un rival de cuidado: el gusto por las apuestas.
En qué basa la religión su crítica a los juegos de azar
Cristianos, musulmanes, judíos y hasta budistas coinciden en que el problema (pecado) estaría en la codicia. Se trata de sentimiento asociado al vicio, lo que a su vez es sinónimo de inmoralidad y lo que es inmoral resulta contrario a los ideales religiosos. No obstante, cada religión muestra su propio grado de tolerancia a esta atracción por el enriquecimiento rápido y fácil, por un amor a los bienes materiales que desde una óptica común aleja al ser humano del camino correcto, de la senda espiritual.
- Un tema que une a las religiones
- Una enfermedad social
Así, aunque las diferencias entre las distintas religiones existentes muchas veces parecieran ser insalvables, al extremo de haber propiciado sangrientas guerras, en el fondo comparten muchas cosas. Pero si algo las une es esta suerte de enemigo común: el juego visto desde la perspectiva de la apuesta, del azar, un ‘monstruo’ capaz de atentar contra la familia y la sociedad misma. Sin embargo, algunos estudios indican que el mundo cada vez va más en contravía a lo propuesto por la moralidad religiosa. Pero de eso hablaremos más adelante.
Referencias de las sagradas escrituras
La Biblia, aunque no se refiere de manera explícita al término ‘apuesta’, aborda el asunto que conlleva o impulsa a las personas a apostar, al tiempo que alerta de las consecuencias que este hábito suele dejar. Por ejemplo, en Lucas 12:42 se exhorta a los fieles a administrar de manera eficiente sus bienes. De tal manera, que al ser la apuesta contraria a una forma de adecuada de administrar nuestros recursos, también va en contra de la doctrina cristiana. Pero aún hay más referencias en este sagrado libro.
En el caso del Corán sucede algo muy parecido. Este otro libro sagrado, pero de la fe musulmana, cataloga a las apuestas de azar como un pecado muy grave. Entre las revelaciones que Dios hizo a Mahoma y que se plasman en estas escrituras, se llega al extremo de condenar a las apuestas como "abominaciones de la obra de Satanás". Por su parte, los rabinos con base en el Talmud, advierten sobre los efectos adictivos de las apuestas. Además, para ellos, ganar una apuesta es igual a robar.
Una enfermedad social
A pesar de los esfuerzos de las religiones contra su enemigo común, los juegos de azar parecieran ganar cada vez más terreno en los afectos de una sociedad cada vez menos creyente de la espiritualidad al tiempo que más materialista. Así que el juego de azar, o la ludopatía, comienza a ser visto como una gran amenaza para la sociedad mundial por sus efectos adictivos, los que conlleva a la pérdida de oportunidades y, más grave aún, al deterioro de las relaciones familiares.